sábado, 4 de septiembre de 2010

Actividades de Vuelo Libre en el Táchira

Una Actividad renovadora para el desarrollo turístico regional


Volar en parapente como todo deporte de riesgo, aventura o extremo nos hace pasar apuros, sentir miedo, tener un conflicto mental en algún momento de la práctica, pero a cambio de ello recibimos el placer de sentirnos libres y grandiosos, agradecidos con un ser supremo por habernos permitido disfrutar unos minutos con El a solas.

(Ronald Ramírez / Los Estoraques Edo. Táchira) Antes de dirigirme a la zona de vuelo ubicada en el sur del estado Táchira, en Los Estoraques, leí un material que me había dejado mi amigo José Manuel Salas, instructor de parapente de U2Fly en San Cristóbal. El material es muy didáctico y enseña los principios básicos del vuelo libre. Algo me llamó mucho la atención y se repetiría en mi mente una y otra vez…”Es mejor estar abajo deseando estar arriba que estar arriba deseando estar abajo”, muy de sabios este dicho ¿no les parece?.

La aventura comienza en la ciudad de San Cristóbal. Allí tomamos la Troncal 5 conocida como la carretera de El Llano y rodamos aproximadamente 45 minutos. Antes de llegar a la recta principal frente al aeropuerto de Santo Domingo nos conseguimos una valla que nos indica la entrada a la zona de vuelo en Los Estoraques. La desviación es a la izquierda. Por carretera destapada subimos aproximadamente 6 Km. hasta la Posada Los Estoraques. La carretera esta deteriorada, algunas regresivas de cemento, trayectos de asfalto pero con muchos huecos, por lo cual les recomiendo subir en vehículos altos y con buenos frenos porque la vía es pendiente. El desnivel desde la carretera pavimentada hasta el lugar es de 400 metros más o menos.

El Dia de Nuestra Visita llegamos a las 9:45 de la noche. Para mi fue una sorpresa ver que nos esperaban todavía dispuestos a volar y “jugar” un rato con sus parapentes nuestros anfitriones. El “Despegadero” esta en una colina donde se divisa al frente el majestuoso Llano. Es correcto ubicar este lugar en el pie de monte andino ya que no se tiene en visual ninguna montaña, colina o morro en frente. La noche nos jugó una broma pesada pues después de varios intentos por despegar nunca levantamos un pie del piso.

Ya que no levantamos vuelo el momento fue propicio para hablar y pasar momentos de camaradería entre estos pilotos, José Manuel, José Ángel, Rubén y Konrad. No podía desaprovechar la oportunidad de conversar con un aventurero que pagó 20.000 Bs. por una ala delta en los años 80 y que comenzó a volar sin instrucción previa con dos amigos uno francés y otro italiano, Phillipe Viaut y Andrea Polo. José Ángel Mora Robles compra el primer ala delta en el Táchira a Omar Contreras “La Pulga”, un PROAIR 140 en el cual realizaba vuelos de arrastre o “Towing” de forma autodidacta y temeraria, el cual consistía en amarrar una soga de “fique” al ala delta y el otro extremo al parachoques de una camioneta, mientras uno de ellos piloteaba el ala el otro aceleraba la camioneta. Para el sistema de soltar o “release” utilizaron un nudo dinámico de escalada en el tubo del crossbar y la punta sujeta a los dientes del piloto, ¡eso si es extremo! No creen?

No se me asusten! Desde entonces esta gente se ha capacitado incluso en el extranjero y consolidaron encuentros amistosos con pilotos locales y nacionales como Dino Giovanonne, Venturino Miranda, Raul Von Rola, Leopoldo Turco, Lorenzo Labrador, “El Chino” Escorza, Italo Giordano, el “Chuti” Ángel Pernía, Carlos López y por último Wilman López y José Manuel Salas con parapentes. Después de tanta historia nos fuimos a dormir porque al otro día saldríamos a realizar un trekking hasta unas lagunas y un cannyoning en una cascada cerca de la zona de aterrizaje 400 metros bajo la cota de la posada.

Nos despertamos a las 6:00 a.m. el clima había empeorado durante la madrugada, lluvia, lluvia y la neblina se metía a la habitación al abrir la ventana, estuvimos encerrados hasta la 1:30 p.m. cuando decidimos no esperar mas y ¡hacer algo!. Tomamos los equipos para el cannyoning, y tomamos la ruta hacia la cascada en rustico, 4 parapentistas se quedaron en la posada esperando que mejoraran las condiciones cosa que sucedió y consolidó el pensamiento que la Ley de “Morphy” se estaba cumpliendo con nosotros, definitivamente no debíamos volar. Por radio nos comunican que salieron los parapentes y aterrizarían al lado de nosotros, el vuelo duró 20 minutos aproximadamente. De los cuatro dos aterrizaron, uno abortó el vuelo por turbulencia y el cuarto no salió por condiciones de seguridad.

Luego de recibir los pilotos nos dirigimos a la cascada que queda lejísimos, se abandona el vehículo en la carretera de tierra y se hace un trekking río arriba, la cascada tiene menos de 30 metros de longitud y su ángulo no es muy recto mas bien tiende a estar como a 45 grados lo que la hace especial para iniciarse en la actividad. De regreso a Rubén, uno de los pilotos, le hacia falta una dosis de adrenalina adicional, por lo que se colgó de cuanta liana conseguía, atravesó cuanto árbol caído veía e hizo comentarios de las orquídeas que conseguíamos en el camino. Aprovecho la oportunidad de decirles que la orquídeas “se deben dejar quietecitas” y no sacarlas de su habitad. Si quieren una, vayan a un orquideario y la compran porque de lo contrario la que extraigan de su hábitat lo mas seguro se morirá y no ganarán nada con eso, además de desequilibrar ecosistemas por gusto nada mas.

De regreso en la posada me comentaron que se están organizando en lo que será la primera cooperativa de turismo de aventura en el Táchira llamada “ANDEX” y piensan desarrollar estas actividades en todo el Táchira especialmente en un complejo turístico ubicado en la Represa Uribante Caparo ¿Genial no?. Por ahora armo mi morral para regresar a casa sin la oportunidad de volar en el maravilloso pie de monte andino, pronto volveré por el desquite y que “Morphy” no este presente con nosotros.

Hay una frase celebre de Leonardo Da Vinci “Una vez que hayas probado volar, caminarás con tus ojos puestos en el cielo, porque ya has estado allí y desearas volver”. Con esto me despido invitándolos a conocer y vivir esta actividad eso si con un buen piloto o instructor, así que cerciórense bien de su trayectoria, cursos, horas de vuelo entre otras mas, y recuerden “No existen pilotos buenos sino pilotos viejos”.

3 comentarios:

TELEFONOS DE CONTACTO?
 
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