sábado, 4 de septiembre de 2010

ADRENALINA CON HISTORIA Y CULTURA

Táchira una tierra por descubrir


Entre verdes valles, caminos serpenteantes, cascadas, fábricas artesanales y poblaciones andinas, operadores de turismo tachirenses ofrecen tour extremos en sinergia con sus costumbres e historia.

Ronald Ramírez
veneculturistica@gmail.com

Un descenso en rapel siempre es difícil. Ni hablar de un descenso por una cascada o por el centro de un puente. Descender en bicicleta por los parajes párameros y ver las chimeneas de las casas humeando constantemente, los becerritos al lado de su madre, los bueyes arando al mando del campesino, son experiencias que nos hacen sentir una sensación que no tiene nombre, donde se mezcla la adrenalina con la fascinación.


Agua, tierra y aire.
El Táchira ofrece por toda su geografía locaciones para la práctica de muchos deportes. El Parapente, sobre el embalse de la Represa Uribante Caparo, o en Los Estoraques con una vista fabulosa de los Llanos Venezolanos. Por La Grita y San José de Bolívar, rutas de senderismo y montañismo donde podemos visitar mas de cien lagunas de origen periglaciar y el ascenso al pico mas alto del Estado: El Pulpito, con 3.912 m.s.n.m. Rafting, en el majestuoso Río Doradas. Espeleología, en la cueva de Quebrada Grande en el municipio Ayacucho cerquita de San Pedro del Río. Paredes de escalada para todos; desde los trepaderos hasta las desafiantes para valerosos por el sector de la Parada en el municipio Lobatera.


Eculturísmo
Si buscamos en enciclopedias y diccionarios, será difícil conseguir esta palabra. En el Táchira se esta fomentando cada vez mas este concepto, que no es mas que una actividad que combina la ecología, la cultura y el turismo. Esta actividad nos permite conocer la calidad de los habitantes, su historia, su cultura, costumbres, medios de sustentación, entornos, etc., de la mano con actividades “extremas”, o más bien alternativas.

Un día de aventura
Esta amaneciendo en la Población de Michelena, tierra natal del General Marcos Pérez Jiménez y Carlos Illich Ramírez Sánchez, conocido como “El Chacal”. Los vehículos todo terreno están esperando por la aventura. El guía nos entrega un Rutómetro (hoja de ruta), donde nos indica las localidades a visitar, y un cuestionario que debemos llenar averiguando cada uno, por su cuenta, los personajes típicos del pueblo, el nombre del fundador, el nombre del párroco, la altura del poblado y cuanta cosa se les ocurra hacernos averiguar preguntando como locos por todo el pueblo.


Barro y carbón.
Montados ya en los vehículos rústicos nos dirigimos a una fábrica artesanal de ladrillos en el sector La Parada del municipio Lobatera. Allí con barro en mano, tratamos de la mejor manera con la supervisión y orientación de los trabajadores de la fábrica, moldear el ladrillo que pronto le servirá a alguien para construir su vivienda. Al terminar nos dirigimos a una mina de carbón donde un trabajador nos explica la vida del minero y hasta unos piquetazos nos dejaron consumar.

Aquí después de la calma viene la tormenta.
Luego de compartir con esta cordial gente nos dirigimos a un puente donde realizamos rapel con apoyo y un excitante descenso por toda la mitad que da vértigo, más cuando sopla el aire fuerte. Luego de unos cuantos descensos, gritos y hormigueos en el estómago tomamos las bicicletas para ir a una fábrica de chimó, donde aparte de conocer como se realiza este producto a base de tabaco, terminamos como un jugador de béisbol, escupiendo y escupiendo. Luego al terminar la tarde un descenso en rapel por dos cascadas pequeñas de aguas templadas para refrescarnos de toda la actividad del día por el sector de pozos azules
cerca de San Pedro del Río.

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